"IN MEMORIAM" - L. CARLOS VALLEJO
Estábamos al
tanto de su delicado estado de salud, pero la noticia nos ha sobrecogido en el
señalado día del inicio del V Encuentro de Cofradías de San Telmo, a las que él
tanto tiempo y esfuerzos dedicó.
Nos encontrábamos los representantes de
las Cofradías de visita en la capilla del Hospital de San Telmo, cuando nos
sacudió la triste noticia de su fallecimiento.
¡Qué sorprendente coincidencia! Él
dejándonos para siempre y nosotros tan cerca… como en una imprevista y dolorosa
despedida.
Carlos no sólo era Mayordomo de Honor de
nuestra Cofradía por méritos propios; era también referente y ejemplo en casi
todo lo que emprendía, fuera en interés de su Cofradía, de su Frómista natal o en
favor de sus innumerables amigos.
Cuatro
décadas de servicio a la Cofradía
Cofrade desde 1965, Secretario en 1978 y Mayordomo
en 1995. En 2016 la Asamblea General de la Cofradía le designó MAYORDOMO DE
HONOR
…”por entender que -junto a Santos Guadilla ( al que
le unía una amistad inquebrantable) - ha sido uno de los protagonistas más
representativos de esa etapa de la Cofradía que se inicia en 1978 y termina en 2013,
y que ambos son referentes destacados por su larga trayectoria de compromiso y
servicio a la Cofradía”.
Carlos, además de administrador de la
Cofradía durante un largo período, ha sido cronista y guardián de sus esencias,
como queda plasmado en el “Manual del Cofrade”, edición de 1996, reeditado y
actualizado en 2018.
En los años de decaimiento de la Cofradía,
Carlos mantiene el compromiso, asegurando cuestiones básicas como proveer las
designaciones de hermanos que cada año debían representar a la Cofradía, actualizar
el censo de cofrades y documentar en los libros oficiales ese exiguo rescoldo
de vida asociativa. Con ello se hizo posible el enlace con la siguiente etapa,
que arranca en 2013 con nuevos Estatutos y la renovación de la Comisión
Permanente, a la que perteneció desde su constitución en 2006.
El
Sermón del Ole. Carlos fue artífice de la creación de la Comisión "Pro-Sermón" en el año
2005, con la intención de resucitar y elevar el sermón a la categoría que todos
los fromisteños deseábamos. Fue también coautor de muchos sermones,
donde ponía de manifiesto su maestría con las rimas y su fina ironía.
Por supuesto que en ocasiones ha sido objeto
de sus chanzas, como en estas estrofas que se leyeron en el Sermón del año 2012,
y que muestran dos de sus pasiones: los amigos y la bodega.
“Quiero mencionar aquí / y tienen mi
bendición, / a unos hombres devotos / que buscan la salvación…
A diario el vía crucis / por
lugares muy sagrados,/ «iglesias», «santas ermitas»/
y todos los «tabernáculos».
Al anochecer se citan/ en
la calle Quitapenas, / allí rezan en las criptas/
y ya de paso meriendan.
De una cosa estoy seguro, /este
siglo lo verá, / figurarán todos ellos/
en el sacro santoral.”
Persona de
valores. Admirado y querido. Íntegro, culto, con un gran talante
social. Discretísimo en sus actuaciones,
respetuoso, sencillo y accesible. Apoyo de todo y para todos, creador de mucho,
sin apenas dejarse ver. Amante de su pueblo, de su historia y patrimonio,
valedor de sus tradiciones.
Carlos no fue solo un magnífico cofrade. Fue
también un gran maestro con mayúsculas y un hombre comprometido con su pueblo
en todos los ámbitos.
Todo aquello que podía suponer una mejora para
Frómista, contaba siempre con su aportación entusiasta y desinteresada. Lo
mismo daba si se trataba del ámbito deportivo que del cultural. Si él entendía
que era bueno para su “pueblo”, allí estaba dispuesto a darlo todo. Fue, en
resumen, un hombre bueno, orgulloso de sus raíces y empeñado en mejorar el
futuro.
Las anteriores
expresiones son testimonios recogidos con motivo de su designación como
Mayordomo de Honor de la Cofradía y también de un amigo y colega de profesión,
Juan Ramón Lagunilla. Me sirven para
perfilar aún más el personaje; para ajustar la enorme dimensión de la pérdida.
Termino esta
reseña con un apunte personal. Y nada mejor que en palabras escritas por el
propio Carlos, que quiso dedicarme un ejemplar de la nueva edición de su
“Manual del Cofrade”:
“A mi amigo Javier, por la amistad que siempre hemos
tenido y el cariño, que siempre, me ha demostrado.
Con quien comparto tantas cosas de la vida;
especialmente, el amor hacia San Telmo y la dedicación a nuestra Cofradía. Con cariño.
Frómista, junio de 2018”.
Carlos es ya historia de su Cofradía. Estará siempre en nuestro recuerdo.