LA COFRADÍA DE FINALES DE LOS AÑOS 50 A FINAL DE LOS 70 DEL SIGLO XX
Cada época tiene sus protagonistas
Según las referencias contenidas en el Manual del Cofrade (2ª edición- 2018, página 106) del que es autor L. Carlos Vallejo Moslares, podemos diferenciar tres etapas más recientes de la Cofradía:
*la que se inició en 2013, con nuevos Estatutos, nuevo Secretario -César Salazar- y acuerdos de la Asamblea General que todos tenemos presentes.
*la anterior, que va de 1978, primero con L. Carlos Vallejo como Secretario hasta 1987 y luego con Santos Guadilla como Secretario hasta 2007 y con Jesús Miguel Martínez Secretario hasta 2012.
*anteriormente, la que se desarrolló entre finales de los 50 y finales de los 70, con Valentín Fernández Salazar como Secretario.
De las tres etapas reseñadas, es de esta última de la que tenemos menos información, al no disponer del archivo histórico de la Cofradía, que no hay duda debió de existir.
Aun así, nos hemos planteado pergeñar una retrospectiva a las décadas que van de finales de los 50 a finales de los 70 del siglo pasado, tratando de poner un poco de luz en la vida y gestión de la Cofradía en esa época, la evolución del número de cofrades, etc…
Para dicha retrospectiva hemos recurrido, primero, a los dos únicos libros oficiales de la Cofradía de que disponemos: Libro de Actas y Libro de Cuentas, ambos diligenciados en 1902, siendo Mayordomo Lucio Macho González y Secretario Félix Díez Arconada. También a los pocos libros o textos que se refieren al tema: Manual del Cofrade, Historia de los Sermones del Ole y programas oficiales de Fiestas.
Para la aproximación a los personajes seleccionados, hemos tenido que recurrir a testimonios de cofrades, así como a algunos amigos o familiares directos, confiando en poder armar siquiera una breve reseña de cada uno de ellos, que haga honor a su labor y aportación a la Cofradía, a la vez que sirve de recuerdo y ejemplo para las actuales y futuras generaciones de cofrades.
BREVE RETROSPECTIVA DE FINALES DE LOS 50 A FINALES DE LOS 70 DEL SIGLO XX
“Eran otros tiempos”
Varios de nuestros veteranos utilizaron esta expresión cuando narraban situaciones o hechos enmarcados en esas décadas.
A nadie se le escapa lo cercana que estaba la postguerra, con muchas heridas aún abiertas y secuelas de todo tipo. Se malvivía bajo un sistema político dictatorial, donde la autoridad y la Iglesia marcaban el paso. Se trataba de salir adelante en un escenario de escasez y precariedad de trabajo, desabastecimiento y pobreza de la gran mayoría que, en los años 60 dio lugar al éxodo masivo de familias a las ciudades.
La vida en esos años se desarrollaba en un contexto de profunda desigualdad civil y social, que se arrastró hasta ya avanzada la Transición.
Desde la mirada retrospectiva de nuestros mayores, evidentemente, aquellos “eran otros tiempos”.
¿Qué sabemos de la Cofradía de entonces?
Los cofrades
La constancia y dedicación de L. Carlos Vallejo nos ha permitido disponer de datos al respecto sobre esa época. Así, en el Manual del Cofrade 2ª edición – 2018, página 30, se nos dice por ejemplo que en 1955 la Cofradía tenía cuarenta y dos cofrades; en 1965 cincuenta y ocho y en 1975 noventa y seis.
El Secretario
En la página 106 de dicho Manual se dice que, entre 1952 y 1978 fue Secretario de la Cofradía Valentín Fernández Salazar. Una larga y enigmática etapa de 26 años, por lo que más adelante referiré.
Los Mayordomos.
Se relacionan en las páginas 103 y 104 del ya citado Manual del Cofrade.
Ciñéndonos a las décadas analizadas consta que en 1950 correspondió este cargo a Leandro López, en 1960 a Marcelino Serna o en 1970 a José María Arconada. Y en los años sucesivos a Teodoro González, Luciano Aguado, Pedro Illera, Esteban Ruiz, Eugenio López, etc…etc.
Sorprendentemente desde 1902, en que hay constancia en el Libro de Actas, hasta la actualidad, y a pesar de las vicisitudes de todo tipo ocurridas en esa primera mitad del siglo XX, ningún año faltó el Mayordomo, ni otros cargos anuales de la Cofradía.
Y hay que destacarlo porque, sin duda, debió ser una tarea complicada. Queda dicho anteriormente que, en esos años, había pocos cofrades. Varios habían sido ya Mayordomos y, del resto, se sabe que algunos se postulaban y otros no querían serlo, así que le tocaba al Secretario designar, y en ocasiones hasta casi “obligar” muy en el último momento, a quien debía ejercer dicho cargo.
Actividades de la Cofradía
La única información oficial de que disponemos nos viene tanto del Libro de Actas como del Libro de Cuentas ya citados.
Si empezamos por el Libro de Cuentas, a lo largo de los años 50 se anotaban Debe y Haber, siendo el último año 1958-1959 como se muestra en la página 51. Curiosamente la página 52 recoge las cuentas de 1977-1978, lo que da a entender que en esos veinte años intermedios no se documentaron las cuentas en el libro oficial, se desconocen las causas.
Estos eran los gastos habituales, por ejemplo en 1977, siendo Mayordomo Anselmo Fernández: velas (al parecer se daba una a cada cofrade), algunas flores, cohetes y bombas, astillas para el pipote, novena y actos religiosos, dulzainero y material para algunos arreglos. Como ingresos, aparecen las cuotas del año en curso y atrasadas y la mesa petitoria.
En el Libro de Actas se observa como tónica general durante los lustros anteriores, que únicamente se anotaba el acta de los nombramientos del Mayordomo y resto de cargos anuales. En la página 119 en concreto, los correspondientes a 1960-61 con Marcelino Serna como Mayordomo.
En la página 120 se inicia una lista de Mayordomos anteriores que, extrañamente, continúa en las páginas 141 y 142. En la siguiente, 143, aparece registrada el acta de la reunión celebrada el 12 de abril de 1978, siendo Mayordomo Santos Guadilla.
En consecuencia, faltan en el Libro 10 hojas. ¿Han sido arrancadas en algún momento? Es probable, pues se trata de un libro oficial, encuadernado y numerado en todas sus páginas.
De lo anterior, tratamos de extraer algunas conclusiones:
La primera que, en general, se escribía poco en los libros oficiales de la Cofradía. Y casi nada en las décadas que analizamos, lamentando que el Libro de Actas no contenga las 10 hojas que deberían documentar el largo período que va de 1960 a 1978.
Varios testimonios hablan de época oscura o, en la que apenas se hacían reuniones y las pocas en casa del Mayordomo; no había registros, ni se daba información a los cofrades.
La segunda, que lo habitual era que las actividades de la Cofradía comenzaran pocas semanas antes de las Fiestas Patronales y cesaran unos días después.
Las semanas previas se cobraban las cuotas puerta por puerta, se nominaba al Mayordomo y se atendían algunas tareas vinculadas a los actos religiosos o festivos de las Fiestas. La Novena daba ya ambiente de Fiestas y se producían solicitudes de nuevos cofrades, que recogía el Secretario.
Se llevaban a cabo los actos religiosos, la procesión del Ole, los refrescos… y otras actividades lúdicas, y después la Cofradía languidecía en su actividad “hasta el año venidero”. Si no fue así todos esos años, seguro que se le parecía mucho.
El Secretario representaba a la Cofradía en los distintos actos de las Fiestas y aseguraba el desempeño de las funciones y tradiciones propias del Mayordomo.
La última conclusión, que en la trayectoria de nuestra Cofradía en los últimos cien años parecen alternarse períodos de enorme impulso con otros de decadencia.
Es nuestra obligación reconocer a las personas que en esta época, han protagonizado esos impulsos y han sido capaces de sostener la Cofradía.