2020: Un año virtual que deja muchos vacíos
El 14 de marzo de 2020 será una fecha difícil de olvidar. Ese día, por un R.D. del Gobierno, se implantó el “estado de alarma” y paralizó nuestras vidas. Todo lo que era habitual y normal, desapareció o se alteró hasta lo insospechado.
De pronto la vida se tornó virtual
Se cerraron los centros de trabajo, los centros docentes, todo el comercio, la restauración en general. Desapareció la cultura, se paralizaron los viajes y el turismo, se clausuraron las iglesias… y nos tocó encerrarnos en casa.
Durante algunos meses la vida se tornó virtual en la mayoría de sus manifestaciones. De pronto internet y las tablets o los móviles adquirieron un protagonismo absoluto en nuestras vidas. Comprábamos por internet; teletrabajábamos; el ocio se volvió también virtual. Y hasta para poder conversar o vernos con nuestros seres queridos, debíamos recurrir también a la tecnología.
Solo los servicios esenciales y sobre todo los hospitales mantenían un pulso descompensado y cuerpo a cuerpo contra el virus.
Los servicios sanitarios se vieron sometidos a una presión nunca vista y para la que no estaban preparados. Durante tres largos meses los magníficos profesionales de la sanidad sostuvieron una lucha cuerpo a cuerpo contra el virus, carentes de los medios mínimos necesarios. Por desgracia, este pulso desigual contra un enemigo desconocido, sirvió para “dominar la curva” en pleno verano, pero se saldó con una enorme factura física y anímica que pagaron los sanitarios y, lo que es peor, un número de muertes impropia de un país avanzado como el nuestro.
Lamentablemente, porque aprendimos poco de la “primera ola”, en otoño hemos vivido la “segunda” y parece que, con el comienzo del invierno y a pesar de que la vacuna ya empieza a suministrarse, se está dando paso también a la “tercera”; quién sabe si reviviendo todos los efectos dramáticos de las anteriores.
Se puede resumir este fatídico 2020 como el año que nos dejó un enorme dolor, pobreza y muchos vacíos.
“¿Quién nos ha robado el mes de abril?”… y muchas otras cosas
Creo que todos tenemos respuesta para esta pregunta-título de una emblemática canción de Sabina. Y quien dice abril, dice la Semana Santa y las Fiestas Patronales de San Telmo con su evento más emblemático “El Ole” o sus danzantes; la primavera y otras muchas cosas que, a lo largo del año, van dando sentido a nuestra vida. Y por si no fuera suficiente, tampoco las fiestas de Navidad, Año Nuevo y Reyes van a parecerse en nada a las de años anteriores.
Es muy posible que no podamos juntarnos para celebrar nada de lo que solíamos y, una vez más, tendremos que recurrir a las tecnologías para simular un mal sucedáneo de abrazos y besos. Sin poder olvidar que en muchas casas prevalecerá el recuerdo de los que ya no están con nosotros.
Lo que decíamos, un año virtual y, lo que es peor, trágico para el mundo entero, por los tremendos impactos ocasionados por la deriva reiterada de esta terrible pandemia.
En un segundo plano
Se me hace difícil descender de esta realidad global tan devastada, a las cuestiones de país o locales, y más aún a aquellas directamente vinculadas a la Cofradía, a pesar de las importantes renuncias que hemos tenido que asumir este 2020.
Forzosamente han de estar en un segundo plano, prevaleciendo por encima de todo las cuestiones de la salud y seguridad sanitaria de las personas.
Así lo hemos entendido en la Cofradía desde el principio de la pandemia y, por ello, hemos actuado en todo momento conforme a la responsabilidad en el cumplimiento de las medidas y recomendaciones que han venido impartiendo las autoridades a todos los niveles, incluido el local.
Además de las Fiestas Patronales de San Telmo y de la Virgen del Otero, hemos debido renunciar a casi todas las actividades programadas para el año. Es el caso de la Muestra de Artistas Locales (julio), la Semana Infantil (agosto) o el Encuentro de Cofradías de San Telmo (octubre), por citar solo las más relevantes. Un año en que nuestros Danzantes ni siquiera han tenido oportunidad de vestir sus coloridos trajes ni mostrarnos su arte.
Pese a todo, una vez más las tecnologías han venido a aliviarnos, y así hemos podido celebrar la Novena y la fiesta de San Telmo a través de las ondas y de las redes, y hasta pudimos compartir, desde nuestras casas algo que quiso ser un remedo de ese “Ole” que no podía celebrarse por las calles tristes y vacías de nuestro pueblo.
¿Hay bases para ser optimistas de cara a 2021?
Este fatídico 2020 toca a su fin, pero se hace difícil en este momento proyectarse a intuir qué nos deparará 2021. Parece que empieza a haber luz al final del túnel, pero se mantienen las incertidumbres sobre la evolución de la pandemia, la generalización y efectividad de las vacunas, etc…Y todo ello condiciona cualquier previsión.
La Comisión Permanente está trabajando en el “programa de actividades 2021” que, por lo ya expuesto, se parece mucho al anterior, pues se propone recuperar las actividades que nos hemos visto obligados a suspender este año.
En enero está previsto abordarlo de nuevo, aunque sin garantías de que hayan aumentado las certidumbres sobre lo que estará permitido o restringido.
Una reflexión que queremos compartir
Aún así la C.P., en su reunión también virtual de noviembre, hizo una reflexión en relación con las Fiestas Patronales que avanzamos aquí, además de para compartirla con nuestros potenciales lectores, para que los cofrades y vecinos de Frómista puedan valorarla.
A la vista del calendario, el próximo año el inicio de la Novena y las Fiestas se encuadran entre el 4 y el 18 de abril, Domingo de Pascua y Día de San Telmillo respectivamente.
Según las previsiones del calendario estatal de vacunaciones, del que se empieza a hablar en estos días, parece que hasta el mes de julio no se prevé la vacunación de al menos el 70 % de la población española.
Así las cosas, y para no resignarnos de antemano a quedarnos un año más sin nuestras Fiestas, sería conveniente ir explorando la posibilidad de que en 2021, excepcionalmente, las Fiestas Patronales de San Telmo pudieran celebrarse en el momento más favorable del verano.
La Comisión Permanente retomará en su reunión de enero el debate del “programa de actividades” - en el que estarán sin duda incluidas las Fiestas - y, en su caso, considerará trasladar formalmente al Ayuntamiento el planteamiento anteriormente enunciado.