Frómista y sus tradiciones.
"EL OLE": ORGULLO Y EMOCIÓN EN FRÓMISTA
Autor: César Benito González, Antropólogo y profesor de la Universidad Popular de Palencia.
César Benito contactó con la Cofradía en 2014, interesado en conocer las Fiestas de Frómista y sobre todo de la Procesión Cívica de “El Ole”, de las que tenía referencias, pero que no había presenciado.
Compartió con la Cofradía, en el ya citado 2014, el ciclo que va desde la Asamblea General, -el día de Domingo de Ramos – hasta el Día de San Telmillo. Por supuesto estuvo presente en la salida del Ole y nos acompañó en todo su recorrido.
Mientras tanto fue haciendo fotos, hablando con algunos miembros de la Comisión Permanente, con el Mayordomo y entrevistando a otras personas. Todo ello le sirvió para comprender en toda su intensidad y documentar nuestras fiestas mayores y más tradicionales.
Primer fruto de ese trabajo de campo fue el artículo publicado en la Revista “AL SOCAYO” en Julio de 2015 : “Descripción etnográfica de las Fiestas Patronales de San Telmo y San Telmillo en Frómista”.
Se trata de un relato fidedigno y atractivo de nuestras Fiestas Patronales; una descripción que permite adquirir un conocimiento suficiente y ordenado sobre los eventos más significativos de nuestras Fiestas de San Telmo y San Telmillo .
El pasado 3 de abril , precisamente el día en que se celebró “El Ole”, se publicó en el Diario Palentino - a dos páginas y con una estupenda presentación - un segundo artículo de César Benito , con el siguiente título : “Fiesta del Ole – Orgullo y emoción en Frómista”.
Se trata de otro enfoque del estudio antropológico de nuestras fiestas. En la revista AL SOCAYO se recogía la “descripción etnográfica” de las Fiestas. Ahora, se refiere a las emociones, habla de la identidad y orgullo que las tradiciones generan en la gente de Frómista, aportando su versión sobre la observación directa y de las personas con la que tuvo oportunidad de hablar en el año 2014 y con posterioridad, ya que no ha dejado de estar en contacto con la Cofradía.
Difundir nuestras tradiciones, que son el motivo de nuestro orgullo y origen de nuestras emociones, es uno de los objetivos de la Cofradía y de esta Página Web, que cuenta desde su origen con una Sección titulada “Frómista y sus Tradiciones” . Por deseo del autor, en ella está colgado el primer artículo, por entender que contribuye de manera excelente a la difusión de nuestro patrimonio inmaterial.
Ahora, con la misma finalidad y la aquiescencia del autor, colgamos el artículo publicado el pasado día 3 en el Diario Palentino , como prueba del valor e importancia que damos a este trabajo, para la divulgación de nuestras Fiestas y del evento más emblemático y diferente de las mismas. Este es su texto íntegro.
ORGULLO Y EMOCIÓN. FIESTAS CON IDENTIDAD PROPIA.
LAS FIESTAS DE SAN TELMO Y SAN TELMILLO EN FRÓMISTA
Algo tiene que tener una fiesta para que se celebre año tras año, desde que se
pierde la memoria en el tiempo, sin dar señales de los achaques propios de la edad. Y
no solo eso, sino todo lo contrario, mostrándose año tras año con fortaleza renovada.
Cuando hablamos de las Fiestas de San Telmo y San Telmillo en Frómista, nos
movemos en el ámbito de la cultura popular, o del Patrimonio Cultural Inmaterial,
como se ha venido a llamar desde hace unas décadas de la mano de la UNESCO. Las
expresiones de la cultura popular se caracterizan porque están impregnadas de lo que
llamamos sabiduría popular, que no escolar ni académica; están envueltas en
creencias, ya sean ancestrales/mitológicas o de carácter religioso; están repletas de
representaciones del arte popular, como la música, la danza o la artesanía
(ejemplificada en los trajes tradicionales); y tienen su mayor exponente en las
celebraciones y fiestas populares. Pero una de las características más relevantes de la
cultura popular es que la transmisión de esa sabiduría, de esas creencias, de esas
expresiones artísticas, de esas celebraciones de vida y muerte, de alegría y catarsis
comunitaria, se realiza de forma intergeneracional. Y aunque el papel de las
instituciones civiles y religiosas haya sido, y sea, relevante en el mantenimineto y
modelado de la tradición, la participación, el compromiso y la emoción del pueblo, de
la comunidad local, es condición necesaria para que podamos hablar de cultura
popular.
Otra de las ideas que vienen a la mente cuando nos referimos a las Fiestas de
San Telmo y a su localidad natal, Frómista, es la de identidad, noción siempre de
actualidad y que está íntimamente ligada a la de cultura popular. La identidad es uno
de los rasgos distintivos de la especie humana y, a riesgo de ser poco riguroso, se
puede definir como la conciencia, tanto de la persona como de la comunidad, de ser
única y distinta de las demás. Su utilidad es indiscutible, al generar una imagen
personal y comunitaria positiva y acogedora que facilite la integración en el grupo y
la adaptación al medio en el que se desarrolla la vida. Y para que la identidad cumpla
con esta función, se articula en varios niveles de identificación en relación al
territorio, donde, según todos los datos que aportan las ciencias sociales, la principal
referencia identitaria en Palencia es la pertenencia a “mi pueblo”; en este caso, ser de
Frómista, o fromisteño, o fromisteña, o judío... según a quién preguntes.
El caso de Frómista y sus Fiestas de San Telmo, es un claro y revelador
ejemplo de cómo la cultura popular, como expresión visible del sentir de una
comunidad, es generadora de una identidad local orgullosa, comprometida y
participativa; dándose igualmente el efecto “rebote” de que el orgullo y la
participación del pueblo en sus fiestas crea y recrea su propia cultura.
En este artículo vamos a desgranar de forma somera cuáles son los elementos
que las Fiestas de San Telmo aportan a la identidad del fromisteño y la fromisteña y,
por lo tanto, al desarrollo de su localidad. Hay que destacar en este sentido el papel
que juega la Cofradía de San Pedro González Telmo de Frómista, como organizadora
de una parte importante de los actos festivos en torno al santo así como depositaria y
modeladora de la tradición fromisteña. Hay que destacar en este momento que, sin
riesgo a exagerar, el trabajo de la actual Comisión Permanente es un fiel reflejo de
esta relación dinámica y enriquecedora entre tradición y modernidad e identidad y
desarrollo local.
El espacio
Las Fiestas de San Telmo se desarrollan en un espacio común y reconocido en
el que los vecinos y vecinas hacen su vida cotidiana. Una parte de las celebraciones,
las de carácter litúrgico principalmente, tienen lugar en la iglesia parroquial de San
Pedro. Otras, las de tipo procesional, se desarrollan en la calle, en el entorno de San
Pedro. Pero la procesión cívica del Ole, el más multitudinario y conocido momento
de toda la fiesta, recorre el entramado urbano desde la iglesia de San Pedro hasta la
casa donde la tradición sitúa el nacimiento de San Telmo, en el arrabal del pueblo. El
recorrido de ida y vuelta ejerce una suerte de efecto vertebrador de la estructura
urbana del pueblo. Este hecho, unido al carácter festivo de la procesión y al contenido
satírico del pregón, une, de forma simbólica, lo popular-laico y lo sagrado, que
comparten momentos, espacios y participantes.
El estilo de vida
En la organización y celebración de la fiesta se comparten formas de hacer y
pensar que hacen de la fiesta una fuente de identificación para todos los fromisteños y
fromisteñas. Se comparten tareas, como levantar al santo hasta su espacio en el
retablo mayor al acabar las fiestas o preparar la pancetada para animar el Ole, y todo
el mundo participa de la ritualidad de cada momento. Se comparte vocabulario, en
forma de cantos por ejemplo, como son los lazos o los gozos; y el relato de la fiesta,
pues todo el que quiera participa en la elaboración del Sermón del Ole, que sirve de
crónica de la vida del pueblo.
En este sentido cabe destacar la adaptación de la fiesta a los nuevos estilos de
vida, donde el papel asumido por la mujer, que puede ser cofrade desde la aprobación
de los nuevos estatutos de la Cofradía de San Telmo en el año 2013, va tomando gran
relevancia, habiéndose dado el hito histórico en la celebración de las fiestas en el año
2014 de contar con sendas mujeres en el papel de Diputados acompañando al
Mayordomo sosteniendo las cintas que penden del Vítor.
La genealogía
La fiesta, su organización y su celebración, es compartida y heredada por
consecutivas generaciones de fromisteños y fromisteñas, y como dijo el Mayordomo
en el año 2014, Fernando Ruiz, “(...) te vincula a toda tu vida anterior y futura”. Se
trata pues de otro efecto vertebrador de la fiesta, que va turnando el protagonismo de
ser Mayordomo, honor del que ya por fin las mujeres también podrán participar por
“orden de lista”, que no tiene en cuenta el estatus, la residencia o el origen social o
familiar.
Esta vertebración intergeneracional también se ve reflejada en la participación
de niños, adultos y mayores en todos los momentos de la fiesta. Niñas pequeñas
sosteniendo pequeños cayados u horcas en brazos de sus abuelas, parejas de ancianos
bailando al son de la música de cara al Vítor, un joven chiborra danzando frente al
santo, padres e hijos cantando los gozos en la novena... son muchas las ocasiones
donde se comparten espacios y sentimientos que se van forjando con el tiempo y que
sirven de común identificación a las distintas generaciones coetáneas de las gentes de
Frómista.
Las gentes
La celebración festiva permite el desarrollo y mantenimiento de relaciones
sociales en torno a tareas concretas, fuera del ámbito cotidiano, facilitando la
cohesión social entre las gentes del pueblo; quedando representados en la fiesta y en
la cofradía todos los estratos sociales. Pero, en este sentido, es el Sermón del Ole el
que genera la periódica catarsis social imprescindible para la cohesión del pueblo,
provocando una suerte de limpieza espiritual al verbalizar y exponer de forma satírica
y burlesca “las cosas” del pueblo y de sus gentes.
Orgullo y emoción
Pero si algo hace a las Fiestas de San Telmo y San Telmillo grandes y
sostenibles en el tiempo es la mezcla de orgullo y emoción que genera en los que, año
tras año, las viven con intensidad. Sentimientos que comparten vecinos y cofrades
que generan los pilares que sustentan cualquier comunidad, como son la estima, el
compromiso y la participación.
Un momento emotivo, donde se resume lo expresado en estas líneas y que
recoge el sentir de la comunidad, es la imposición de la medalla honorífica al
Mayordomo de Honor, figura creada a partir del año 2013 en consonancia con los
cambios incluidos en la redacción de los nuevos estatutos de la Cofradía ya
mencionados. Las lágrimas de Santos Guadilla, en el 2014, son el reflejo de la honda
emoción que genera la identificación con la fiesta de alguien que ha hecho mucho por
su pervivencia.
Al igual que ocurre cuando a Javier Clemente, miembro de la comisión
permanente y residente en Madrid desde hace décadas, le preguntan: “¿De dónde
eres?”, a lo que con profundo orgullo contesta: “De Frómista”, aunque eso le conlleve
explicar con la misma pasión dónde está “su” pueblo y por qué se siente tan
identificado con él, sea su interlocutor del mismo Madrid o de algún país extranjero
de los que ha tenido que visitar por motivos laborales.
Pero si hay que destacar algún momento de las fiestas que mayor concentración
de emoción y orgullo genera por centímetro cuadrado, debemos decir que se trata de
la salida del Vítor de la iglesia de San Pedro para dar comienzo a la Procesión Cívica
del Ole. A uno y otro lado de la puerta, separados únicamente por el grosor de la
madera, los devotos esperan al Vítor. Dentro de la iglesia están el Mayordomo y sus
acompañantes sosteniendo el Vítor, en silencio, nerviosos y emocionados; fuera, los
vecinos y vecinas, con devoción e impaciencia porque dé comienzo la fiesta, por
cantar y bailar al Vítor, provocando una alegre algarabía que distrae la espera;
mientras, se prende el “pipote” como señal inequívoca de que la procesión va a
empezar acompañada del tañir de las campanas. En ese momento se abre la puerta de
la iglesia y la explosión de júbilo y emoción es indescriptible. Alegría que se
mantiene viva durante todo el recorrido con el ritual del baile, los lazos, el sermón
satírico...
Y es que al igual que San Telmo, nacido tierra adentro, es el patrón de los
marineros, la celebración de sus fiestas de carácter religioso, está protagonizada por
una procesión cívica y un sermón satírico; y de la misma manera la piedra sagrada de
la iglesia se une de forma simbólica con el adobe sencillo y popular de la casa donde
se dice que nació el santo.
¿Contradicciones? Más bien yo diría que son los elementos opuestos de la
misma realidad sobre los que se construye una identidad emotiva y orgullosa que da
cabida a la diversidad de sentires y opiniones de fromisteños y fromisteñas. El arraigo
de esta identidad facilita el compromiso y la participación de los que se dicen de
Frómista (ya lo sean por nacimiento o adopción), no solo en la organización de sus
fiestas, sino en el desarrollo de su municipio, a través de la puesta en valor de su
singular Patrimonio Cultural Inmaterial.
César Benito González
Antropólogo Social y Cultural